Eso sí, tengo que decirles que como hace un mes, soñé que estaba embarazada (cosa loca que siempre que sueño eso, nunca tengo panza...) y que cuando íbamos al control, nos decían que íbamos a tener trillizos. Tsunami de chanessss!! La cara de sorpresa de mi marido en el sueño era impagableeeee!! De hecho, al día siguiente cuando le conté el sueño, la repitió jejeje! Entonces, ante la charla motivadora del doc, no pude evitar acordarme de este sueño y creo que tal vez es una señal del destino que justo hice tres folis! Sepan que sí llego a quedar, y más aún, de trillizos, me recibo oficialmente de bruja!!!
En fin, todo iba viento en popa hasta que al día siguiente mi lindo esposo lleva sus pescaditos al laboratorio y ahí comienza la corrida. Lo llamaron a las dos horas para decirle que la muestra tenía 1% de movilidad, o sea, NADAAA! Aparentemente se arruinó en el camino al laboratorio, aunque todavía no sabemos bien por qué, porque él hizo exactamente lo mismo a todas las inseminaciones anteriores. Tuvo que ir a las corridas y llevar una nueva muestra al laboratorio (tomada en esos cuartitos horribles), situación de mierda si las hay: no sólo por cómo la toma sino porque teníamos altas posibilidades de que tampoco funcione al haberse tomado tan cerca de la otra muestra anterior. Cuando me llama y me dice esto en pleno recreo del colegio, casi tengo un colapso mental. A veces en este proceso, olvidamos que no estamos solas en la búsqueda y que el aporte masculino cuenta tanto como el nuestro... Dí esa última hora de clase como pude y me fui volando a la clínica, nunca pero nunca en la vida recé tanto como en esos treinta minutos de colectivo. Saqué las estampitas y adelante de todos y mientras lloraba desconsolada, rece, rece y rece sin parar... Gracias a todos los santos que imploré, la muestra sirvió, el conteo de espermas final no fue tan bueno como los anteriores pero pudimos hacer la inseminación igual. Yupiiiiiii!!!
Eso fue exactamente hace una semana así que oficialmente es la primera vez que escribo entrando en plena betaespera, y me queda otra semana de tortura más. Durante estos 15 días de vida latente hasta que sabemos si funcionó el tratamiento o no, se recomienda hacer vida completamente normal (para evitar pensar más en el tema), cosa que creo no me salió muy bien esta vez... Quiero que sepan que si bien estuve bastante positiva, caí en la tentación varias veces y acá detallo las cosas que se aconseja no hacer y temporalmente me olvidé:
- Hice uso extensivo y obsesivo del doctor Google (sobre todo porque no me sentí muy bien con la medicación)
- Lloré bastante y sorpresivamente.
- Para evitar lo anterior, comí, comí y comí.
- Me abrumé con sentimientos de miedo y frustración.
- Tuve (y sigo teniendo) ganas de recibir anestesia total hasta la semana que viene.
- Limpié toda la casa varias veces.
- Cociné para el fin del mundo. (Para poder comer más obvio)
- Fui al gimnasio varias veces pero no hice demasiado por las dudas y me imaginaba aplastando al embrión mientras hacía abdominales.
- Escuche canciones tristes, sólo para torturarme un poco más.
- Me pelee un poco con mi marido (menos mal que fueron un par de reclamos tontos nomás, aunque se fue de viaje dos días y empeoraron todos los síntomas anteriores)
- Me costaba concentrarme en el trabajo (al punto tal que una alumna me dijo: "profe qué distraída estas")
- Dejé de tomar alcohol y café, sólo por las dudas. (Así que encima estoy en abstinencia total, resultado: comí aún más)
- Saqué la cuenta de mi fecha de parto
- Me miré al espejo e imaginé que la panza de gorda que tengo es en realidad de embarazada.
- Traté de leer (cosa que me encanta) y no pasé de un párrafo.
- Me aislé un poco más del mundo (a ver si me pongo a llorar peor)
Y si... Esta es la betaespera, cuando sentís que el tiempo se detiene y cada día parece una eternidad. Sé que debo parecer una loca de remate ante el resto del mundo, pero sólo quién pasó por este camino sabe verdaderamente lo difícil que es apagar el cerebro durante estos días. A menudo te vienen sentimientos de negatividad y desesperanza (creo yo para protegernos de un resultado triste) y hay días que cuesta más que otros pensar en positivo. Por lo pronto, prefiero hacer todo lo anterior y seguir atrayendo buenas ondas, escribir, ya que es más terapéutico que hablar para mi, seguir recibiendo ánimos de mis compañeras de ruta y seguir SOÑANADO!!
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