miércoles, 30 de septiembre de 2015

Ahora

Me resulta difícil escribir esta entrada porque probablemente sea la más cruda y real que escribí. La verdad es que no estoy bien y hace mucho que vengo mal. Yo siempre fui de las que creen que las cosas pasan por algo y hoy me encuentro en un lugar donde me estoy replanteando todo este camino y mi vida en general. Tal vez ESA sea la razón por la cual el hijo no llega... Hay cosas que deben cambiar porque en estas condiciones, dudo que ese deseo se concrete.
Volví a retomar la terapia y aunque trate siempre de arreglarme sola, soy de las personas que necesitan ayuda para reflexionar. Son muchas las cosas que agobian mi mente y tengo una tendencia  automaltratarme y enroscarme con facilidad. 
La cuestión es que post beta negativa volvimos al doc con una sola pregunta en la mente: ¿Hay algo que puede estar afectando la implantación? Yo esperaba respuestas como histeroscopia, laparoscopia, trombofilia... Y nos desayunamos con un nuevo monstruo. Resulta que la Endometriosis tiene una prima hermana llamada  Adenomiosis, en la cual los focos endometriosicos se filtran en el útero y esto hace mucho más difícil que se implanten los embriones. Es complicado de diagnosticar porque pueden ser filtraciones mínimas, incluso imperceptibles a un ojo no entrenado. No es imposible concebir, pero bajan las posibilidades considerablemente. Según nuestro médico, ESA es la gran explicación de la llamada Falla de Implantación. Pero lo peor fue escuchar que no tiene cura, que la única posibilidad de erradicarla era hacer un vaciado completo. Imagínense mi cabeza a mil....
Para él, había que seguir intentando, porque nuestros embriones son buenos y soy joven. Salí en shock con la orden para una Resonancia Magnética, ya que yo necesitaba saber a que me voy a exponer antes de ilusionarme, necesitaba saber mis reales esperanzas y estadísticas. Nunca hasta ahora n mi vida estuve más cagada de miedo. Lloré y lloré, no quería hacerme el estudio, no quería volver al médico, no quería nada... 
Fue entonces cuando comenzaron los "ahogos," una sensación horrible de que me faltaba el aire y me apretaban el pecho, mareos inexplicables, llantos desconsolados, pesadillas constantes y falta de sueño. Yo sabía que era mi mente la que colapsaba, que no era nada físico. Y respiraba y me concentraba en decir "esto no es real," mi mente tenía que dominar a mi cuerpo.... 
En medio de estos episodios, junté coraje (y hasta el día de hoy no sé bien de dónde) y me hice la Resonancia. Fui pensando que me meterían en un tubo y me dormiría una siesta. Ahí me sorprendió una vía para el contraste (que me dejó un moretonazo una semana) una despelotada más y otra incursión en objetos dignos de las 50 Sombras de Grey. Lloré todo el tiempo que duró el estudio. 
Ese día era nuestro aniversario de novios con marido.... Por suerte me acompañó y me llevó a comer torta para que me olvide del mal momento. Y ese fue todo el festejo del que fui capaz.
Ahí decidí buscar ayuda, era candidata directa al ataque de pánico y creo que lo único que me iba a salvar era que todavía era consciente de los episodios que me sucedían. Llegó el momento de los resultados y yo no quería saber nada. Marido los fue a buscar y no se aguantó. La buena noticia era que la Adenomiosis no estaba pero salió que tengo un mioma muy pequeño y que mi endometriosis está esparcida por todas partes. Con la ayuda de Doctor Google me estrellé antes de tiempo con una posible nueva operación y me enrosqué cuanto pude hasta que vi al médico. Como ya me sucedió varias veces, me di máquina al pedo, no hay que preocuparse y sigamos adelante. 
Me fui con todos los papeles para hacer los trámites y que en Octubre hagamos otro intento. Sólo tenía que repetir un cultivo y unos análisis de sangre de rutina que estaban desactualizados pero teníamos tiempo de sobra. Cualquiera hubiese salido festejando de ese consultorio sin nada que te impida volver a intentar. Yo me fui llorando. La sóla idea de volver a repetir un mínimo me estudio me agobiaba, la idea de me pincharan o tocaran. Ya no quería poner el cuerpo más. 
Y entonces entré en crisis, con ayuda y todo me costó mucho admitir que no podía hacer otro intento así. Mi testaruda-todo-lo-puedo-no-me-pasa-nada quería lanzarse. Sin embargo, de tan sólo imaginarme otro negativo (que es una real opción que siempre está) me ahogaba sin cesar. O peor, y si da positivo, ¿Qué clase de madre voy a ser estando así? 
Luego de muchas vueltas, con marido dijimos BASTA por ahora. Sigo trabajando en la idea de que no soy una debilucha por necesitar ayuda para recomponer mi vida, sigo trabajando para convencerme de que tengo derecho a estar mal con esto que nos tocó vivir y que ya no tengo ganas de fingir que estoy bien. Estamos trabajando con marido para conectarnos más allá del tema hijos. He bloqueado contactos de Facebook y he dejado de ver amigas embarazadas y con niños porque estoy cansada de apoyar a todos porque es lo que se debe hacer. Estoy triste y me duele todo lo relacionado a la maternidad, me duele y necesito protegerme. Y por otro lado, necesito sacar afuera la tristeza que tanto me cuesta expresar en la vida real. 
Lo cierto es que tengo pocas cosas claras ahora, entre ellas que este descanso o desenchufe es por ahora. Y  creo que por eso, ahora no es el momento de hacer nada relacionado a los tratamientos. Necesito volver a ser yo AHORA. Lo que suceda más adelante, ¿quién sabe? Mientras tanto, sigo trabajando y viviendo en el Ahora...