jueves, 15 de diciembre de 2016

Ser o no Ser... ESA es la cuestión

Llevo mucho tiempo pensando esta entrada, porque sé que puede herir susceptibilidades y en realidad, es lo que menos me interesa ya a está altura. Yo sigo acá, leyendo tweets Y blogs cada tanto, con mucha menos frecuencia que antes, me pierdo conversaciones, debates calientes, pero sigo, porque al fin y al cabo, no nos rendimos y seguimos igual de infertil desde la última vez que escribí. 
El mundo sigue girando, los meses siguen pasando, las chicas de la #infertilpandy siguen embarazandose, mis conocidos ya están pensando en el segundo hijo o ya los tiene, un 90 por ciento de mis contactos de Facebook ya posteó su fotito con la ecografía (El otro 10, son alumnos, pero ojo, que también tengo adolescentes con críos)... En fin, a está altura ya aprendimos a convivir con un mundo en el que nos quedamos afuera de muchas conversaciones, ya aprendimos a no temerle a los anuncios de embarazo, ya likeamos fotos de panzas y bebés preciosos. Ya nos quemaron los nombres que soñábamos varias veces y ya estamos acostumbrados. Es como si viviera con anestesia constante, con este tema.
No significa que esté deprimida, no, para nada! Sonrio, disfruto mi trabajo, de las compañías deseadas, de estar con marido más unidos que nunca y sí también sigo sintiendo dolor.
Pero hay algo que me sigue afectando...Y acá voy a tocar el tema candente que son el uso de las palabras. Si escucho/leo quejas sobre la maternidad y embarazo, me duele, pero muchas veces uno lo toma de quien viene, No? Duele, molesta, tengo que contar hasta mil para no enloquecer pero bue... no todos pueden entender lo que nos sucede. Ahora, si es una amiga que sabe de tu desesperación  por ser madre, duele más. Pero...¿Y si es de una infertilamiga que ahora es infertilmami? Entonces eso me rompe el corazón. Sé que muchas veces, inmersas en su felicidad, desean que nos suceda. Me han dicho: "Ya vas a ver cuando te toque..." "Cuando te suceda, no te vas a acordar del dolor..." No voy a entrar a decir lo que yo haría porque honestamente, no sé lo que me va a pasar y sí, no entiendo lo que es ser madre. No lo sé y aún peor, no sé si algún día lo sabré. Me sorprende que las infertilmamis se sientan tan poderosas de asumir que a mi SÍ me va a pasar, cuando ni los médicos lo saben. Yo sigo de este lado del andén y vos, ustedes, luchadoras que lo lograron, ya no ven más la lucha como antes, porque todo, absolutamente TODO, tiene sentido ahora. Todo ese dolor tuvo su recompensa, valió la pena. Pero para las que como yo seguimos acá, inmersas en esa nebulosa, con muchos negativos a cuesta, gracias que sabemos cómo nos llamamos. 
Si tuviste la dicha de lograrlo, no me malinterpretes, no estoy enojada, no tengo envidia pero tu felicidad me recuerda mucho que yo sigo sin lograrlo. Y es muy difícil comprender lo que te sucede como mamá. Por eso es que creo, que las infertilmamis deben ser más cuidadosas que otras al compartir lo que les pasa con las que seguimos en la lucha.  Es muy difícil entenderlas, por más normal y justificados que sean sus pesares, seguimos dando cualquier cosa por estar de ese lado. Y es que a veces con pensar un cachin antes de escribir o hablar, no heririan tanto nuestros sentimientos. Hay cosas que nos duele compartir, y estoy segura que podrán hablarlo con otras personas. Simplemente necesitamos EMPATÍA, la misma que le solías pedir a los demás cuando nos dicen que nos relajemos, que confiemos en Dios y que nos preguntan "Y vos, para cuándo?" Cuidemos nuestras palabras por fa:vor...

jueves, 30 de junio de 2016

Después de la Tormenta...

...Siempre llega la calma. O al menos eso dice el dicho. Estoy bastante desconectada del mundo virtual, ocasionalmente leo tweets y trato de apoyar a las que siguen luchando pero la verdad es que no me dan muchas ganas... de hecho, me tomó unos cuantos meses volver a escribir. 
La realidad es que al término del verano allá por Marzo, marido y yo nos topamos con un nuevo negativo. Sí gente, vamos por el cuarto... 
Aunque esta vez lo viví en paz como jamás lo había vivido, en conexión con mi cuerpo, tranquila y contenida con dos embriones hermosos, recibimos otro cachetazo. Y es que a veces el deseo no alcanza... Esta vez también fue la vez que más me conecté con el dolor y la tristeza, sin enojos, sin culpas, sin miedos. Y es que cuando todo sale TAN bien, uno empieza a resignarse y a aceptar que ya no podemos hacer mejor las cosas. Este tratamiento fue perfecto, salvo por el resultado obvio y yo di lo mejor de mi.  
Obviamente, fue duro. Volvieron los comportamientos antisociales, el insomnio, los ahogos y el combo de depresión usual. Sin embargo, tengo que confesar que hubo algo que me ayudó a superar ese momento. La luz al final del túnel fue marido, que se puso los pantalones y cansado de verme llorar me dio un ultimatum: Se acabaron los tratamientos por un año y todo lo relacionado con ellos: médicos, googleo, turnos, peleas con la obra social... todo. Recuerdo lo primero que pensé: "¿Y ahora qué carajo hago durante un año?" No concebía qué hacer con mi vida sin tener otro tratameinto en el horizonte. De golpe, me encontré sin rumbo. Pero en esa situación hubo que buscar un nuevo norte o empezar a ver que hay otros caminos. Siempre le digo qué decisión tan acertada fue porque yo jamás hubiese aceptado que necesitaba un corte así. Y es que gracias a eso pude cumplir otra de mis metas, en la forma de un viaje mágico con el que siempre soñé y que veníamos postergando y planeando hacía meses. Y ahí pude recordar lo que era la felicidad. Volví a llorar de alegría el día de mi cumpleaños, a ir por la vida sin sentirme incompleta, sin sentirme desdichada casa vez que veía un bebé y a realmente valorar todo lo bueno que tengo. Parece una frase trillada, una obviedad que antes decía como loro pero hoy lo veo y antes sólo veía una ausencia. Muchas veces pienso en la vida sin hijos y me imagino cómo sería... no es lo que deseo, no es lo que me gustaría pero tampoco sería una mierda. Al fin y al cabo hay tanto por difrutar. Y esto no significa que ya voy a dejar de intentarlo, no sé cuándo volverá a ser el momento y confieso que me asusta un poco, pero lo veo más adelante. Mientras tanto, hay mucho por seguir haciendo. Hace 4 años que nuestra vida se detuvo en una falta y una búsqueda que hoy admito hasta fue obsesionada. Y nadie me va a devolver ese tiempo que ya pasó. No fue malgastado, no me arrepiento pero hoy sé que soy mucho más que una infertil. Quiero ser feliz, con o sin hijos, para que ese día que llegue, si llega, me encuentre plena y completa así como soy. 


jueves, 17 de diciembre de 2015

Saliendo del Pozo

Ese debería ser mi estado de Whatsapp ahora... Estamos saliendo del pozo, alejándonos del abismo y es que pasó tanto en estas últimas semanas que cualquiera hubiese colapsado (yo tuve mis momentos border obvio) y cuando crees que estas a punto de caer, de explotar, de destruirte, no sabes cómo, ni dónde, ni cuándo, la vida empieza a acomodarse... El Bambú se dobla pero no se quiebra escuché por ahí. Me parece un misterio saber qué sucede en la mente del ser humano que ese clic te puede llevar para un lado o para el otro. Lo único que yo sí sé es que trabajé para ese clic, y mucho, cada vez que iba a terapia, salía confundida, estrellada, agitada y agotada mentalmente y sigo yendo porque creo que tengo abono de por vida, pero fue mi elección decir: No quiero esto para mi!
Estaba desvinculándome de los que me rodeaban, no podía conectarme con la felicidad de nadie en mi estado de negación y odio al mundo, no podía tener a ningún bebé o embarazada cerca, ni tocarlos, ni verlos, tanto que bloquee a amigas con hijos por poner "Me Gusta" en sus fotos o estados me daba nauseas, y luego cerré Facebook porque me daba terror ver un anuncio de embarazo que me cague el día, no quería ver a nadie, me enojaba todo, me sentía sola, solísima y abandonada, no podía dormir e iba a trabajar muerta del cansancio, zombie por la vida, me dolía la cabeza, la panza, el alma...
Y a veces, en medio de esas crisis, suceden otras cosas que te vuelven a poner en eje. Pareciera que las rachas negativas vienen con todo pero por otro lado, te hacen acordar que hay otros problemas en la vida, que la búsqueda de un hijo es importantísimo, pero no lo único.
En medio de ese caos mental, marido se queda sin trabajo, nos chocan el auto y nos intentan robar en nuestra casa. Podríamos habernos hundido e irnos al centro de la tierra. Y sin embargo, a mí me generó otras preocupaciones (se podrían no tener y estar más tranquilos, obvio) y me devolvió la sensatez.
Volví a a interesarme por otras cosas, me enfoqué en marido y en contenerlo, que esté en casa más tiempo nos conectó y unió más, de a poco retomé la vida social (aunque admito todavía tengo mis momentos anti) logré hablar con amigas y mi madre y explicarles lo que me sucedía o no y reconocí qué tipos de lazos me interesa recuperar y cuáles puedo prescindir.
Shit Happens y qué le voy a hacer? Llega un punto donde ya no podes seguir llorando y quejándote de tus miserias porque la vida sigue y se te pasan los mejores momentos, perdes amigos o tu pareja y no siempre se puede volver atrás. Si vos estás pasando por ese momento, sea cual sea la razón, se puede salir, pero hay que hablarlo, y mucho, y escarbar y y trabajar pero si realmente se quiere, se puede!

miércoles, 30 de septiembre de 2015

Ahora

Me resulta difícil escribir esta entrada porque probablemente sea la más cruda y real que escribí. La verdad es que no estoy bien y hace mucho que vengo mal. Yo siempre fui de las que creen que las cosas pasan por algo y hoy me encuentro en un lugar donde me estoy replanteando todo este camino y mi vida en general. Tal vez ESA sea la razón por la cual el hijo no llega... Hay cosas que deben cambiar porque en estas condiciones, dudo que ese deseo se concrete.
Volví a retomar la terapia y aunque trate siempre de arreglarme sola, soy de las personas que necesitan ayuda para reflexionar. Son muchas las cosas que agobian mi mente y tengo una tendencia  automaltratarme y enroscarme con facilidad. 
La cuestión es que post beta negativa volvimos al doc con una sola pregunta en la mente: ¿Hay algo que puede estar afectando la implantación? Yo esperaba respuestas como histeroscopia, laparoscopia, trombofilia... Y nos desayunamos con un nuevo monstruo. Resulta que la Endometriosis tiene una prima hermana llamada  Adenomiosis, en la cual los focos endometriosicos se filtran en el útero y esto hace mucho más difícil que se implanten los embriones. Es complicado de diagnosticar porque pueden ser filtraciones mínimas, incluso imperceptibles a un ojo no entrenado. No es imposible concebir, pero bajan las posibilidades considerablemente. Según nuestro médico, ESA es la gran explicación de la llamada Falla de Implantación. Pero lo peor fue escuchar que no tiene cura, que la única posibilidad de erradicarla era hacer un vaciado completo. Imagínense mi cabeza a mil....
Para él, había que seguir intentando, porque nuestros embriones son buenos y soy joven. Salí en shock con la orden para una Resonancia Magnética, ya que yo necesitaba saber a que me voy a exponer antes de ilusionarme, necesitaba saber mis reales esperanzas y estadísticas. Nunca hasta ahora n mi vida estuve más cagada de miedo. Lloré y lloré, no quería hacerme el estudio, no quería volver al médico, no quería nada... 
Fue entonces cuando comenzaron los "ahogos," una sensación horrible de que me faltaba el aire y me apretaban el pecho, mareos inexplicables, llantos desconsolados, pesadillas constantes y falta de sueño. Yo sabía que era mi mente la que colapsaba, que no era nada físico. Y respiraba y me concentraba en decir "esto no es real," mi mente tenía que dominar a mi cuerpo.... 
En medio de estos episodios, junté coraje (y hasta el día de hoy no sé bien de dónde) y me hice la Resonancia. Fui pensando que me meterían en un tubo y me dormiría una siesta. Ahí me sorprendió una vía para el contraste (que me dejó un moretonazo una semana) una despelotada más y otra incursión en objetos dignos de las 50 Sombras de Grey. Lloré todo el tiempo que duró el estudio. 
Ese día era nuestro aniversario de novios con marido.... Por suerte me acompañó y me llevó a comer torta para que me olvide del mal momento. Y ese fue todo el festejo del que fui capaz.
Ahí decidí buscar ayuda, era candidata directa al ataque de pánico y creo que lo único que me iba a salvar era que todavía era consciente de los episodios que me sucedían. Llegó el momento de los resultados y yo no quería saber nada. Marido los fue a buscar y no se aguantó. La buena noticia era que la Adenomiosis no estaba pero salió que tengo un mioma muy pequeño y que mi endometriosis está esparcida por todas partes. Con la ayuda de Doctor Google me estrellé antes de tiempo con una posible nueva operación y me enrosqué cuanto pude hasta que vi al médico. Como ya me sucedió varias veces, me di máquina al pedo, no hay que preocuparse y sigamos adelante. 
Me fui con todos los papeles para hacer los trámites y que en Octubre hagamos otro intento. Sólo tenía que repetir un cultivo y unos análisis de sangre de rutina que estaban desactualizados pero teníamos tiempo de sobra. Cualquiera hubiese salido festejando de ese consultorio sin nada que te impida volver a intentar. Yo me fui llorando. La sóla idea de volver a repetir un mínimo me estudio me agobiaba, la idea de me pincharan o tocaran. Ya no quería poner el cuerpo más. 
Y entonces entré en crisis, con ayuda y todo me costó mucho admitir que no podía hacer otro intento así. Mi testaruda-todo-lo-puedo-no-me-pasa-nada quería lanzarse. Sin embargo, de tan sólo imaginarme otro negativo (que es una real opción que siempre está) me ahogaba sin cesar. O peor, y si da positivo, ¿Qué clase de madre voy a ser estando así? 
Luego de muchas vueltas, con marido dijimos BASTA por ahora. Sigo trabajando en la idea de que no soy una debilucha por necesitar ayuda para recomponer mi vida, sigo trabajando para convencerme de que tengo derecho a estar mal con esto que nos tocó vivir y que ya no tengo ganas de fingir que estoy bien. Estamos trabajando con marido para conectarnos más allá del tema hijos. He bloqueado contactos de Facebook y he dejado de ver amigas embarazadas y con niños porque estoy cansada de apoyar a todos porque es lo que se debe hacer. Estoy triste y me duele todo lo relacionado a la maternidad, me duele y necesito protegerme. Y por otro lado, necesito sacar afuera la tristeza que tanto me cuesta expresar en la vida real. 
Lo cierto es que tengo pocas cosas claras ahora, entre ellas que este descanso o desenchufe es por ahora. Y  creo que por eso, ahora no es el momento de hacer nada relacionado a los tratamientos. Necesito volver a ser yo AHORA. Lo que suceda más adelante, ¿quién sabe? Mientras tanto, sigo trabajando y viviendo en el Ahora...



lunes, 24 de agosto de 2015

Tirar la Toalla

Todas en algún momento nos planteamos tirar la toalla. No importa si recién empezas o si ya llevas mucho camino recorrido. Llega un punto dónde te preguntas: ¿Hasta dónde voy a seguir? ¿Hasta cuándo aguantaré? Increíblemente, todas terminamos luchando hasta los límites de nuestras propias percepciones y soportamos sufrimientos que nunca creímos posibles.
Personalmente, allá lejos cuando recibíamos los primeros negativos y leía blogs, foros y tweets y escuchaba que había parejas que se decidían por no luchar más, los consideraba unos tontos. Si no te das más el cuerpo por la edad, siempre hay una alternativa ¿Pero cómo van a dejar así como así?? Me parecía una pena, no lo podía comprender bajo ningún punto de vista y yo, que me creía Wonderwoman, decía: "YO voy a luchar hasta el final!!!"
Ahora sin embargo, veo las cosas de otra forma y he aprendido a callar y respetar. Ahora que pasamos tantoooo (y vemos que podemos tener mucha lucha más por delante) me pregunto si no es hora de poner un límite... Ahora puedo entender que tal vez no todos lo sentimos igual o tenemos la misma fuerza o queremos sacrificar tanto. Y eso es muy respetable. Antes no lo veía, hoy sí ¿¿Quién soy yo para juzgar una pareja que hace 10 años viene intentando y ha decidido decir "basta"??
Unos amigos de marido hicieron dos inseminaciones y están sobrepasados, una mujer que conozco nunca pasó de la  histerosalpingografia y otros se resignan ¿Y eso está mal? Por supuesto que NO. Y ahora entiendo qué tan personal es este camino y cada pareja y persona lo vive cómo puede. Nada en la vida te prepara para este simbronazo.
Por mi parte, siento que los límites son necesarios y no sé si quiero estar en la lucha constante forever. será porque a mis 31 años, la posibilidad de muchos años de lucha no me simpatiza para nada. No sé cuánto más aguantaré en este limbo dónde me siento muerta en vida. Creo que mi limite será la sensación de que hice todo lo que podía pero todavía no lo veo. Y por ahora, no creo que rendirnos sea una opción. Estamos en proceso de reconstrucción y recomponiéndonos para volver a la carga. Seguiremos intentando y luchando porque a pesar de todo lo vivido, nuestro deseo sigue latiendo y siendo más fuerte que las desilusiones. Y mientras tanto, me sigo haciendo un turbante con la toalla!


martes, 4 de agosto de 2015

Conchudismo Total

Todas las mujeres somos Conchudas... están las suegras Conchudas, las malditas zorras Conchudas, las compañeras de trabajo Conchudas, las pseudo amigas Conchudas, las maestras Conchudas, la empleada pública conchuda, etc. Etc. Es que las Conchudas vienen de todos los tamaños, colores, religiones, edades y profesiones.
Para los que no saben, el Síndrome del Conchudismo, que es parte del gen femenino en mi opinión, es esa necesidad de decir las maldades más crueles (a veces verdaderas) o hacer maldades pequeñas e imperceptibles a la sociedad para incomodar terriblemente a otra persona, hacerla sufrir y gozarlo en el proceso. Hay distintos grados de Conchudismo, obvio. Y hay minas que son reverendas Conchudas con todo el mundo mientras que otras tienen lapsos del síndrome que vienen y van.
Ejemplos de Conchudas: La suegra que te cocina una mega torta cuando queres adelgazar, la amiga que se pone vestido blanco en tu casamiento, la profesora que te toma prueba después de un feriado o te da tarea para las vacaciones, la que te dice que algo te queda bien cuando pareces un pochoclo, solo por nombrar algunas...
Yo me considero una Conchuda normal; De esas que critican a personas que no ven hace mucho tiempo y de esas que si no soportan a alguien, se nota y las evita pero pone cara de buena para no perder los modales. Y últimamente venía siendo, una Conchuda reprimida, soportando estoicamente las estupideces que me rodean.
Ahora les voy a contar una imagen tragicómica de mi vida infertil... Tres días post beta negativa, voy al baño y veo la maldita mancha roja viva. No era ninguna sorpresa, era esperable, las betas NO se equivocan. Pero aún así me dolió tanto como el resultado. Y ahí decido entrar a Facebook para despejarme un poco y entre las quichicientas fotos de panzas que paso rapidísimo, me entero que otra de mis amigas de la infancia está embarazada. Me entero por el hermano que pone que va a ser tío, me entero que está embarazada de poquísimo (y ya lo anuncian!). Leyendo los comentarios (porque soy así de masoquista), me entero que si es varón, le van a poner el nombre que nos gustABA a nosotros. Entre los comentarios, hay cosas empalagosas tipo "es lo mejor que te puede pasar en la vida" "lo mejor viene en ocho meses" y bla bla bla... Pero leerlas de otra amiga, me partió el corazón.
Mi conchuda interna está hecha una fiera, se imaginarán bien!
¿Y saben qué? Tengo las bolas (que no tengo) al plato con ser educada y buena y estallar en llanto e ira adentro de mi casa. A partir de ahora, digo lo que se me canta y hago lo que se me canta. O los bloqueo, como a mi amiga roba nombres muaaaajajajaj!! Y quiero explicar otra razón del por qué de este cambio... Entre los mensajes de apoyo alguna que otra boluda, se dignó a comparar sus fallidas inseminaciones con mis fallidas FIV y me tuve que contener para no tomarme un avión y patearle la cara en persona por decir tan tremenda estupidez. No jodamos, que sí, la sensación de fracaso es parecida pero yo además de las  3 FIV fallidas, también tengo 4 IAS fallidas. O sea... SOS tarada o haces un curso?
Yo siempre digo que cada uno hace lo que puede con esta mierda que nos tocó vivir, porque no todos reaccionamos igual o vivimos los problemas de la misma forma. Pero me llama mucho la atención el grado de Conchudismo que hay en otras infertiles. Una vez, una mina (la borré de mi vida obvio) me preguntaba todo el tiempo por el tratamiento y por qué mi médico hacía lo que hacía, llenándome de dudas e incertidumbres. Y yo me preguntaba, con qué necesidad??? Si todos los procedimientos no son iguales y los médicos, menos que menos.
Y es que estoy un poco harta de la hipocresía que rodea este mundo infertil. Y sí, me cago en todo! Alguien que haya pasado por 7 negativos puede juzgarme??? No tengo ganas de escuchar teorías, o pensar en cómo seguir, o rezar o nada. Me molestan hasta que digan #SíSePuede porque es muy fácil decirlo una vez que ya lo lograste. Como decimos acá en Argentina, estoy hinchada las pelotas de toda la infertilidad.
Todo el mundo puede decir lo que quiera pero hay que tener mucho cuidado con las palabras. Tal vez yo esté llena de hormonas y muy susceptible y con la herida abierta y sangrando pero ya no estoy dispuesta a reprimirme. A partir de ahora, si alguien me dice un comentario desubicado, no voy a disimular o suavizar mi respuesta, ni en el mundo real ni el virtual. Así que hago un llamado a la solidaridad para que pensemos un poco más antes de hablar que ya bastante tenemos luchando contra la reina del Conchudismo, alias Maldita Infertilidad. Dale?

PD: Mientras tanto, trataré de domar mi Conchuda interna!





lunes, 13 de julio de 2015

Otra vez NO

Otra vez, volvimos a intentarlo...
Otra vez, volvimos a ilusionarnos
Otra vez hablamos de nombres, títulos y rasgos
Otra vez imaginamos tu cuarto y lo llenamos de planes, proyectos y cuadros
Otra vez, vimos tu rostro y le hicimos un canto
Otra vez, nos pensamos como cuatro y no nos asustamos
Fueron dos excelentes blastos
Los mimamos, los cuidamos, les hablamos 
Y durante 9 días aguantamos
Otra vez, con amor e ilusión esperamos
Y Otra vez, tuvimos ESE resultado...
Y una vez más, viene el llanto.