miércoles, 14 de enero de 2015

Año Nuevo, Ceci Nueva

Como era de esperarse terminamos el año lo mejor posible. El momento bajón de navidad pasó bastante rápido y el fin de año decidí que no iba a empezarlo como el anterior. El 31/12/2013 me indispuse luego de mi tercera inseminación y obviamente empecé el 2014 bastante depre, por lo cual me propuse que el 2015 lo empezaría con pensamientos positivos, buena energía y realmente creyendo que este año nos irá mejor.
No fue fácil, no lo voy a negar... luego de dos FIV negativas me encontraba en una nebulosa de nada, depresión y con cero ahorros. Teníamos que tomar muchas decisiones en cuanto a cómo seguir. En Noviembre decidimos ir a una famosa inmunóloga que me recomendó una compañera de trabajo que sólo y salimos de la consulta agotados pero muy satisfechos. Como toda infertil-paranoica-psicótica me sigue haciendo ruido el no saber si me han hecho TODOS los estudios que me aseguren que no tengo NADA que haya hecho que impida la implantación. Bueno, resulta que hay una catarata de cosas que no me hice, que sí, son estudios carísimos y que sólo te los hacen si tenes abortos recurrentes. Un horrorrrrr!!!! Pese a estar con un diagnóstico claro, necesitabamos quedarnos tranquilos de que no hay otra maldición acechándonos y preferimos prevenir a curar. Así pasamos Diciembre en medio de juntadas y brindis y estudios genéticos y repetición de todo los hormonales, cultivos, espermogramas y ecografías. Todavía hay algunos que no retiré pero en vísperas de nochebuena, me hicieron una ecografía a mi con ecodoppler y ahí osé preguntarle a la señora si había crecido mi quiste endometriósico del ovario izquierdo. Oh caramba, creció a 3 cm (un 50 % más) en dos meses y tengo 3 (TRES!!!!) quistes funcionales del ovario derecho. Con este panorama y en shock, salí sabiendo que una segunda operación va a ser más que obvia.
De pasada, paso a buscar el espermograma de marido y mierda carajo sale para el traste también. Poca movilidad, lo cual no es novedad, y ahora le sumamos Kruger 2%. O sea que tenemos pescaditos con tres cabezas o cinco colas. Mi colapso era más que evidente y fui corriendo a mostrarle todo a marido y ahí nos derrumbamos juntos. No quería saber nada con otra operación, pichazos y menos, más tratamientos. Y hasta pensé en tirar la toalla....
Pese a todo (y a que lloré en el brindis del colegio) pasamos la navidad bastante bien y nos fuimos a pasar fin de año a las sierras cordobesas. Mucha paz, tranquilidad, relax, siestas, río y volvimos increíblemente renovados y recargados. Yo elegí cambiar mi chip y dejar de quejarme, de aceptar las cosas como son y ver que todavía estamos en carrera. Ojo que esto lo digo ahora...
La semana que viene empezamos en una nueva clínica por la obra social, con médico nuevo también (al que le llevaremos toda la batería de nuevos estudios, actualizados y completos) y aunque esto genera ansiedad, es ansiedad de la buena. De esa que tenes antes de casarte o de hacer un viaje muy esperado. Ganas de que llegue y enfrentar lo que tengamos que enfrentar. Ya no me importa si tengo que operarme, o pincharme de nuevo, o hacerme más estudios. Tardaremos lo que tengamos que tardar. Esta vez, quiero hacer las cosas tranquila y en paz y no tener siempre la sensación de que algo no está bien. Basta de: que hay un quiste, que hay embriones chotos, que me opero en vacaciones, que no llego al turno, basta de ese sentimiento de me faltan cinco para el peso. Este año es LA prioridad, pero no por eso, quiero enloquecerme o deprimirme. Quiero encarar el próximo tratamiento con ilusión y esperanza, como la primera IA viste? Deseando que dé, con miedos (pero no inseguridades) y alegría y dispuesta a intentarlo de nuevo sino.
Ahora crucemos los dedos para que esta actitud me dure je!!!!


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