miércoles, 8 de enero de 2014

Montaña Rusa Emocional

Luego de intentar varias y todas las sugerencias de la entrada anterior sin lograr el tan ansiado positivo, yo comencé a derrapar. Lo peor es que el 90 % del tiempo yo aparentaba ser una persona normal pero según los días del ciclo menstrual, mi vida se había vuelto una montaña rusa de emociones extremas.

Entre los días 1 y 5 del ciclo (cuando estaba indispuesta), me invadía una depresión terrible. Lloraba por cada rincón que pudiera tratando de desahogar mi frustración ante otro mes de fracaso. Estos días eran clave para pelearme con mi esposó ya que debido a nuestra tan distinta naturaleza humana, él tenía dificultades para entender por qué yo lloraba. También, para que todo no fuera llanto, estos días eran propensos a ataques de enojo y fastidio intensos ante cualquier embarazo, posible embarazo, persona que tuviera síntomas de embarazo, persona con niños en brazos, niños, comerciales de pañales, vidrieras con ropa de futura mamá, en fin... Cualquier cosa que se relacionara con una maternidad fuera de mi realidad. Quisiera resaltar acá que las mujeres infértiles solemos sentirnos derrotadas muy a menudo y que sentir envidia hasta de una perra con sus cachorritos nos hace sentir muy culpables. Sabemos que la vida es el regalo más grande que hay, y simplemente nuestra aparente irá y desdén son evidencia de una gran y profunda tristeza. Nos alegra enormemente que amigas, primas, hermanas, vecinas, etc se embaracen (y más aún si sufrieron de infertilidad), pero en esos momentos nos volvemos a acordar lo lejos que estamos de ser madres nosotras mismas.

Pasados los días tormentosos de la menstruación, entre el 6to y 10mo día del ciclo, comenzaba a llenarse de esperanza mi corazón nuevamente. Era como si me inyectarán adrenalina y esos días previos a la ovulación me preparara para una maratón. Me llenaba de energías, de buen humor, de fe y veía los días siguientes como una oportunidad de que este SÍ sea nuestro mes!!

Finalmente llegaban los tan ansiados y mágicos días de ovulación: días 10 a 16. Durante estos días no había chance de peleas, no porque no me enojara fácilmente, sino porque tener sexo forzoso ya era bastante choto como para encima tener que hacerlo habiendo discutido. Al principio trataba de no recordarle a mi marido de los días que nos tocaba tener relaciones pero eventualmente fue demasiada presión para mi. Como sí no fuera poco que me viniera todos los meses, quería que se haga cargo un poco de la situación y empezara él también a hacer cálculos conmigo. Creo yo, que necesitaba un aliado que enloqueciera un poco conmigo, que sintiera lo desesperante que era vivir pendiente de un calendario. A su manera, lo hizo y hasta sostuvo mis piernas para arriba. En todas mis fantasías de niña, jamás hubo escenas tan poco sexies como esa pero bue, era lo que había.

Al pasar la ovulación comenzaba la desafortunada espera de dos semanas hasta poder hacerme un test. Las opciones eran empezar a tener síntomas de embarazo o de síndrome premenstrual. Irónicamente, muchos médicos y mujeres juran que son iguales, por lo cual hasta que no veia la mancha roja en la bombacha, yo creía ilusamente que estaba embarazada y hasta actuaba como tal. Durante 15 días comía sano, no tomaba alcohol y me alejaba del humo de cigarrillo. Me miraba la panza en cada espejo soñando ya estar esperando un bebé. Mis sentimientos se plegaban de una ansiedad terrible lo cual se plasmaba en horas y horas de googleo infernal. Cada síntoma que tenía, fingido, inventado, o realmente sentido era volcado en el ciberespacio. Para qué se entienda mi desesperación, llegue a googlear dolor de cabeza y picazón de pies + embarazo junto con otros estúpidos síntomas obvios. Tristemente, en la web siempre hay alguien en alguna parte del planeta que los tuvo, lo cual mis chances de poder estar embarazada aumentaban en los buscadores. Durante estos días, también, me invadía una triste soledad, ya que no podía compartir mi "embarazo psicológico" con nadie, ya que pensarían que había definitivamente enloquecido.

Eventualmente, mi NO bienvenido periodo llegaba y luego de haberme dado tanta máquina los días anteriores, el choque con la realidad era durísimo. Llegue al punto tal de no creer estar indispuesta y hacerme un test de embarazo igual porque yo sentía que estaba positivamente embarazada. Imaginense el rosario de puteadas que dije cuando me dio obviamente negativo. Imagínense, comenzar todo el ciclo de nuevo. Imagínense repetirlo todos los meses una y otra vez.

Ahí fue cuando me di cuenta que necesitaba ayuda profesional. Retomé terapia y saque turno con un especialista en fertilidad ya que alguien me tenía que dar alguna explicación de por qué nuestro bebe no llegaba.


No hay comentarios:

Publicar un comentario