lunes, 24 de agosto de 2015

Tirar la Toalla

Todas en algún momento nos planteamos tirar la toalla. No importa si recién empezas o si ya llevas mucho camino recorrido. Llega un punto dónde te preguntas: ¿Hasta dónde voy a seguir? ¿Hasta cuándo aguantaré? Increíblemente, todas terminamos luchando hasta los límites de nuestras propias percepciones y soportamos sufrimientos que nunca creímos posibles.
Personalmente, allá lejos cuando recibíamos los primeros negativos y leía blogs, foros y tweets y escuchaba que había parejas que se decidían por no luchar más, los consideraba unos tontos. Si no te das más el cuerpo por la edad, siempre hay una alternativa ¿Pero cómo van a dejar así como así?? Me parecía una pena, no lo podía comprender bajo ningún punto de vista y yo, que me creía Wonderwoman, decía: "YO voy a luchar hasta el final!!!"
Ahora sin embargo, veo las cosas de otra forma y he aprendido a callar y respetar. Ahora que pasamos tantoooo (y vemos que podemos tener mucha lucha más por delante) me pregunto si no es hora de poner un límite... Ahora puedo entender que tal vez no todos lo sentimos igual o tenemos la misma fuerza o queremos sacrificar tanto. Y eso es muy respetable. Antes no lo veía, hoy sí ¿¿Quién soy yo para juzgar una pareja que hace 10 años viene intentando y ha decidido decir "basta"??
Unos amigos de marido hicieron dos inseminaciones y están sobrepasados, una mujer que conozco nunca pasó de la  histerosalpingografia y otros se resignan ¿Y eso está mal? Por supuesto que NO. Y ahora entiendo qué tan personal es este camino y cada pareja y persona lo vive cómo puede. Nada en la vida te prepara para este simbronazo.
Por mi parte, siento que los límites son necesarios y no sé si quiero estar en la lucha constante forever. será porque a mis 31 años, la posibilidad de muchos años de lucha no me simpatiza para nada. No sé cuánto más aguantaré en este limbo dónde me siento muerta en vida. Creo que mi limite será la sensación de que hice todo lo que podía pero todavía no lo veo. Y por ahora, no creo que rendirnos sea una opción. Estamos en proceso de reconstrucción y recomponiéndonos para volver a la carga. Seguiremos intentando y luchando porque a pesar de todo lo vivido, nuestro deseo sigue latiendo y siendo más fuerte que las desilusiones. Y mientras tanto, me sigo haciendo un turbante con la toalla!


4 comentarios:

  1. Buena reflexión. El tiempo nos va dando perspectiva y aspectos de la vida que antes no entendíamos se vuelven de repente cristalinos. Tan lícito es seguir luchando como no hacerlo y sobretodo entender que es algo que afecta a dos. No solo somos nosotras las que luchamos: nuestras parejas lo viven también y muchas veces la pareja se desestabiliza. Nosotros tuvimos nuestros más y nuestros menos aunque finalmente parece que esta vez si, lo conseguimos. Sin embargo, conozco parejas divididas, en los que un miembro quiere seguir y el otro no. Ahí es donde surge el verdadero drama porque ya no es lo que opina una tercera persona: es tu compañero/a quien ha decidido que ya no puede más.

    En cualquier caso: se decida lo que se decida, como bien dices, tiene que respetarse.

    Un abrazo :)

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  2. Hola linda!!! Somos de la misma edad, creo que tenemos varias cosas en común. En lo personal a mi los tratamientos no me simpatizan, nosotros hemos decidido por la adopción como lo he contado en mi blog, estamos de voluntarios en una casa hogar y conocer a tantos niños sin amor me hace desear traérmelos a la casa. Yo estoy igual que tu en la postura del respeto, creo que es cuestión de cada pareja, si ustedes están convencidos de intentar hasta conseguirlo los aplaudo por ello. Nosotros por nuestro lado decidimos luchar con sinsabores de proceso de adopción que también es laaaargo. Les deseo lo mejor del mundo, un abrazo fuerte desde Mèxico hasta Argentina.

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  3. Un mensaje verdaderamente personal con grandes verdades. Y es que muchas veces nos es casi imposible ponernos en la piel del otro si no pasamos por el mismo proceso. Sólo te deseo mucha fuerza y te mando un abrazo!

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  4. Decidir cuándo decir basta es muy difícil, pero también creo que debe haber un límite. Para algunos será la edad, para otros la angustia acumulada, para otros será impuesto por su economía, cada uno tendrá el suyo.
    Yo no quiero quedarme con la sensación de no haberlo intentado, pero si llega mi límite tendré que aceptarlo como pueda. Aunque ahora incluso pensarlo me duele.

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